¿Qué debes saber antes de comprar un horno de leña?
Tipos de hornos
Diferencias entre hornos de barro y de ladrillo
El grosor de la pared de un horno de barro está entre 1.5 cm y 2 cm, y el grosor de la pared de un horno de ladrillo refractario es de 11 cm, por lo que en el horno de ladrillo se garantiza un mejor mantenimiento de la temperatura.
En un horno de barro, aunque pongamos una puerta amplia, el hueco de la cúpula de barro es más pequeño, esto no ocurre en un horno de ladrillo refractario en el que el hueco es exactamente igual que el tamaño de la puerta.
En un horno de ladrillo refractario podemos hacer la cúpula recta para tener más espacio, en el horno de barro la cúpula empieza desde la parte inferior.
En todos los hornos es normal que aparezcan algunas grietas. Las grietas que aparecen en los hornos de barro se extienden de un extremo a otro, en los hornos de ladrillo refractario las grietas aparecidas no se extienden, ya que los ladrillos van trabajos unos con otros.
Diferencias entre hornos con hornilla y hornos de una cámara
El horno de una cámara es más económico y menos pesado que el horno de hornilla, por eso es más sencillo su transporte y colocación.
Siempre que hablemos de hornos de hornilla, estamos hablando de hornilla comunicada.
El tiempo de calentamiento es aproximadamente 15 minutos más en el horno de hornilla que en el horno de una cámara.
En ambos hornos se puede bajar la temperatura, pero en el de hornilla se puede subir gracias a una toma de aire que lleva la puerta inferior.
El horno de hornilla, al tener la leña aparte, tiene más capacidad que el horno de una cámara.
La limpieza es más rápida y fácil en el horno de hornilla que en el de una cámara, puesto que no hay nunca leña en su interior.
En el horno de hornilla también se puede ahumar. Como es posible graduar la temperatura y también la posición de la leña, es muy fácil darle el punto a todo lo que cocinamos, incluso mucho más sencillo a la hora de dorar las carnes, por ejemplo el cochinillo.
El horno con hornilla permite cocinar durante más tiempo ininterrumpido que el horno de una cámara, por la posibilidad de meter leña fina sin que se produzca humo.
Por último, se le pueden sacar muchas más ventajas, dependiendo de las ideas de cada cliente, por ejemplo usándolo como barbacoa.