Manual de uso del horno de hornilla
Los hornos de leña son una cámara de barro en la que se quema leña. El calor producido calienta directamente las gruesas paredes de la bóveda.
Es conveniente seguir las siguientes instrucciones de uso para el óptimo rendimiento y buena conservación de los hornos morunos.
Primer encendido del horno.
Llegado el momento de encender el horno, introducir leña en el mismo, prenderemos fuego e iremos añadiendo más leña poco a poco para que la temperatura vaya subiendo de forma progresiva. En éste tipo de hornos no se debe introducir la leña de golpe ya que se consumiría rápidamente y no se obtendría el fin deseado y además se dañaría la estructura del mismo.
Los fabricantes aconsejan realizar un fuego suave las primeras cuatro utilizaciones e ir subiendo la temperatura progresivamente. No introducir leña húmeda ya que su combustión desprenderá mucho humo y las brasas no se consumirán bien.
El tiempo aproximado de encendido para obtener la temperatura adecuada en el interior y en el total de la estructura es de 2 horas. Una vez alcanzada la temperatura deseada, se arrimaran las brasas y el fuego del interior del horno a un lado, dejando espacio suficiente para colocar los alimentos que se vayan a cocinar. Es conveniente ir añadiendo un poco de leña en el lugar donde hemos apartado el fuego para mantener una temperatura constante.
Mantenimiento y conservación.
Es normal que después de las primeras utilizaciones se aprecien varias rojas en la bóveda, algunas incluso profundas. Esto es debido a la dilatación y contracción de la construcción. En el caso de que las ranuras sean muy profundas, se deberían de reparar con un mortero o cemento refractario y posteriormente pintar.
En el caso de querer pintar de nuevo todo el horno se deberá de hacer con una pintura especial para corcho proyectado.
El buen uso de estas instrucciones garantizará una larga vida en su utilización y le dará muchas satisfacciones a la hora de sentarse a compartir una estupenda comida con familiares y amigos.
Primer uso del horno de ladrillo refractario
PRIMERO: Es IMPORTANTE que el horno esté seco.
Hay que ESPERAR, mínimo, CUATRO SEMANAS después de la fecha de fabricación para encender el horno. Esto es fundamental porque durante la ejecución de la obra y la superposición de los diferentes recubrimientos hemos empleado agua y por tanto el horno se ha humedecido y ahora debe secarse antes del primer encendido. De no seguir éste consejo, el horno puede agrietarse, romperse e incluso estallar por lo que debes esperar al menos cuatro semanas hasta encenderlo por primera vez.
MUY IMPORTANTE: EL PRIMER ENCENDIDO DEBE HACERSE CON PAPEL.
Podremos ayudar a que el horno se seque metiendo varias hojas de periódico, papeles… y hacer un pequeño fuego dentro. Si hacemos esto varios días ayudaremos a que el horno seque antes aunque siempre teniendo en cuenta que no se debe calentar en exceso y que es una ligera ayuda que no evita la espera durante varias semanas. Debido a los buenos aislamientos que utilizamos siempre esto se debe hacer con la puerta abierta para que no suba la temperatura, nunca debe subir más de 80ºC.
SEGUNDO: Por fin ENCENDEMOS el horno.
Para que la combustión resulte mejor, siempre encenderemos el horno con la PUERTA ABIERTA.
Debes meter la leña despacio y de varias veces. Primero un poco leña, cuando se consuma otra poca y así sucesivamente, de esta forma conseguirás que el horno alcance la temperatura ideal mucho antes y sobretodo, podrás controlar la temperatura. El tiempo de calentamiento y preparación del horno puede variar entre los 45 y los 60 minutos.
Hay que destacar la importancia del TIPO de LEÑA, siendo las más adecuadas el sarmiento, trozos pequeños de encina o de olivo, madera de pino o cualquier otro tipo de leña que haga llama, porque es la LLAMA, al incidir sobre la cúpula, la que calienta el horno.
TECERO: El control de la Temperatura.
Cada horno es una pieza única, por eso cada horno tiene su propia temperatura, es un producto artesanal, hay múltiples tamaños, la naturaleza y espesor de las capas aislantes es diferente, las paredes que lo rodean, el tiro, etc., etc. La temperatura adecuada para asar varía entre los 180 y los 200 grados centígrados medidos en el interior.
Por la forma de instalar el pirómetro, además de la inercia térmica del conjunto, como regla general, deberemos dejar de atizar el horno cuando el pirómetro marca 250 grados ya que, a partir de este momento, el horno va a seguir aumentando su temperatura aún sin introducir más leña y habiéndose apagado las llamas.
CUARTO: Aprovechar el calor del horno.
Como el horno se mantiene durante varias horas caliente, después del asado puedes meter un puchero para hacer un rico cocido, unas alubias, unos garbanzos y así de fácil tendremos preparada la comida del día siguiente. A media tarde podemos hacer tartas, bizcochos, pastas… Incluso por la noche dejamos dentro del horno unas manzanas, pimientos… Y por la mañana las tenemos asadas.
CAZUELAS:
Todos los productos que elaboramos están hechos con barro refractario. Por eso nuestras cazuelas, asadores, pucheros, platos,… se pueden utilizar en todo tipo de fuego. Gas, microondas, vitro cerámica, horno de leña y horno eléctrico, también en barbacoas y en lumbre. En la vitro cerámica siempre hay que utilizarlas a fuego lento.
Antes del primer uso hay que sumergir en agua las cazuelas durante 12 horas y después hay que dejarlas secar. Se llena de agua un cubo, el fregadero o la bañera, se meten dentro las cazuelas y se dejar en remojo durante 12 horas. Las sacamos del agua y cuando estén secas las podemos utilizar. Este proceso sólo se hace la primera vez, después se utiliza como una cazuela normal.